Un desafío fundamental en este proyecto fue la creación de ventanales de casi 10 metros sin obstaculizar la visibilidad en los espacios. En colaboración con ingenieros calculistas, ideamos discretos apoyos situados detrás de las uniones de los ventanales para garantizar una apariencia visual sin impedimentos. Este enfoque ingenioso permitió lograr una conexión ininterrumpida con el entorno, brindando una experiencia única y luminosa en la sala comedor y cocina.